TALLERES MECÁNICOS

Hoy en día no concebimos nuestra vida diaria sin el coche. Es una de nuestras herramientas más básicas y cotidianas: desde hacer grandes viajes hasta llevarnos al súper de la esquina, el automóvil es sin duda, el símbolo de la independencia del hombre moderno.

Es por eso que, cuando nos falla nos echamos a temblar. Y es que, a pesar de ser algo tan esencial en nuestras vidas, apenas entendemos de mecánica. No nos preocupamos por saber cómo funciona, sólo nos interesa que funcione, sin más.

Así que cuando nos acercamos al taller siempre lo hacemos con miedo. Y vemos a ese señor con un mono azul lleno de grasa, y nos tiemblan las rodillas casi tanto como el bolsillo. Entonces él habla, y sientes que es el mismo Nikola Tesla en persona, padre de la ingeniería electromecánica . . . y croata, porque no entiendes nada de lo que dice.

Para evitar ese momento en el que nos sentimos tan ignorantes y pequeños, y por ahorrarnos un dinerillo, acabamos probando toda clase de disparates caseros que vamos oyendo en la calle, o peor, leyendo en internet.

Entonces frotamos con media patata las lunas del coche para prevenir el vaho, colocamos clavos en los pinchazos de las ruedas para evitar cambiar la rueda en el momento y acabamos dándole esmalte de uñas a las grietas de los cristales. Vamos, nos convertimos en los reyes del bricotunning casero. Todo menos asumir que no tenemos ni idea de lo que le pasa a nuestro coche, y que lo mejor es ponerlo en manos de un profesional.

taller
Imagen @ Flickr Kurt Trew


Al mecánico hay que perderle el miedo, como al dentista, siempre es mejor a tiempo, porque hay que ser conscientes que cuando estás en carretera expones tu vida, y la de los demás.

Busca un sitio de confianza, déjate asesorar y pregunta todo aquello que no entiendas. Pide siempre presupuesto previo, recuerda confirmar la garantía de la reparación o piezas adquiridas y facturas detalladas al final. No se trata de dejarse tomar el pelo, sino de poner tu coche en buenas manos y darle el trato que merece, ¿no crees?.

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